Leí en un blog que los cubanos como población "nacimos genios". Estuve buscando y dicen que "los genios" son personas que se destacan por "la extraordinaria forma de lograr cosas sin precedentes, creativos, originales y universales". Esa afirmación resume algo que he sentido desde hace mucho. En Cuba aprendemos a reconocer y valorar los logros de nuestros coterráneos, pero cuando te das cuenta el gran aporte que hacen a la historia de otras partes del planeta, entonces uno no puede evitar enorgullecerse y valorar mucho más. Es cierto, algo especial pasa con nosotros.
Por ejemplo, hay un libro de álgebra del docente cubano Aurelio Baldor usado mucho en secundaria y es conocido en toda América Latina como Àlgebra de Baldor. Causa gracia que pensaban que el autor era árabe porque en la portada del libro estaba el rostro de un matemático árabe de la Edad Media. Pues, no, ese texto usado por varias generaciones desde 1940 y que todavìa veo en puestos de venta de libros, fue escrito por un cubano.
Carlos J. Finlay y Barrés, médico y científico cubano, descubrió y describió la vacuna de la fiebre amarilla transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Tiene nombre inglés porque su papá era de Inglaterra, pero su mamá era española y el nació en Camagüey, así que es cubano. Gracias a él se tiene el suero contra la fiebre amarilla y gracias a sus recomendaciones del control del mosquito, se ha podido controlar la diseminación de la enfermedad.
Muelle de Puerto Colombia. Foto Semana. |
Edificio García, Barranquilla. |
Hay algo en el perfil del cubano asociado a la "extraordinaria forma de lograr cosas sin precedentes, creativos, originales y universales" que a donde voy no puedo dejar de enorgullecerme.